Idoia Filloyren gogoetak Nuñezen sarraskiaz

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“En cuanto a la zona en curso de excavación por Julio Núñez… bueno ésa era un área en la que, gracias a la fotografías aéreas sacadas por nosotros y depositadas en la DFA en forma de informe (en las que se veía la intensa urbanización de la zona y el vial que dicen que es la Iter XXXIV, todo ello soterrado bajo las tierras de cultivo… ya sabéis por las sombras de los cultivos se dibujan las estructuras por el crecimiento diferencial de la vegetación según tengan o no piedra debajo), a nuestras prospecciones (en las que salía mucho material) y, sobre todo, gracias a los sondeos que llevamos a cabo (cuya memoria está también en manos de la DFA desde 2007), se sabía que era una zona muy rica arqueológicamente, donde el registro estratigráfico era muy potente y que salía intacto a partir de los 30-40 cm. de profundidad.

Sin embargo, aún a sabiendas de ello, en la primera campaña de Julio Núñez se metió una gran retroexcavadora que, trabajando a gran velocidad, estoy convencida que tuvo por objeto localizar las estructuras que ya se sabía que estaban en una amplia extensión de terreno, para proporcionar resultados rápidos al final de la legislatura de Lorena López de Lacalle. Y, si las estructuras tenían la mala suerta de estar a metro y medio de profundidad bajo potentes niveles de estratigrafia arqueológica de época romana, éstos se eliminaban sin piedad como pudimos constatar. Sabemos con seguridad qué patrimonio se ha destruido por nuestros trabajos estratigráficos en la zona, no hablo por hablar. Así que puedo afirmar con rotundidad que en aquellos momentos se destruyó patrimonio arqueológico.

¿El resultado? Lorena pudo presentarse ante los medios de comunicación contando como gran hazaña que el inicio de la nueva era en Veleia había dado como resultado la localización de un amplia zona urbanizada (que ya se sabía que estaba allí) y que, a diferencia de lo lento y lo limitado en extensión que trabajaba el anterior equipo ahora se ofrecían rápidos resultados. Como si el fin de la Arqueología fuera localizar estructuras…

Pero…¿las consecuencias? para mí están claras. Esa actuación en la que se priorizaron los resultados mediáticos, se hizo a costa de destruir patrimonio. Se destruyó estratigrafía intacta, se destruyeron materiales (tanto por rotura, como por desubicarlos de su contexto), se afectaron estructuras. Vamos un desastre!! Máxime cuando en esa zona podían aparecer grafitos en el marco temporal en el que el yacimiento estaba inmerso en un caso judicial de carácter penal en curso. ¿Qué prisa había? ¿poner la pica en Flandes?
Y, a mayor plazo, hay otra consecuencia que todos podéis ver y es que esas estructuras puestas al descubierto se están degradando y el aspecto del lugar no puede ser peor. Después de abrir tantísima extensión de terreno para dar carnaza a la prensa, en campañas sucesivas se han limitado a pequeñas zonas de excavación cuando a nosotros nos habían acusado precisamente de eso. Y el resto se está degradando de forma irreversible.

Pero ¿sabéis? el trabajo arqueológico lleva unos ritmos, ritmos que pueden ser más o menos lentos o rápidos dependiendo de los propios restos, no de la decisión de una política y de un arqueólogo sin escrúpulos. Y esto se ha consentido en pleno siglo XXI.”

Kategoria: Sailkatugabeak. Gorde lotura.

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