Urte batzuk geldirik eman ondoren, Alde Zaharreko auzo-elkartea “Harresi” abian jarri da. Udalak lehengo Musika Eskola bota eta berria egin nahi du. Espazio horrek 556m2 baino ez ditu, eta sekulako eraikina jarri nahi dute. Antzeko proiektua egiteko Astigarragako udalak, ostera, 3500m2 erabiliko ditu. Bada aldea, gero!
Hona hemen hauzotarrek idatzitako ez adostasuna eta arrazoibideak.
Musika Eskola de Hondarribia: Espacio, lógica y política
El debate entre realizar un gran edificio de cultura que albergará las
distintas actividades culturales, o fraccionarlas en distintas
edificaciones de menor porte, se resolvió legislaturas atrás optando
por una sede centralizada de cultura. No era una mala decisión. Pero
tras años de proyectos fallidos en emplazamientos mucho más adecuados,
como la zona de Jostaldi o la finca Olazabal (más de 3.000 m2), se
decide ubicar el edificio en los 556 m2 de la parcela actual y, claro
está, no cabe. Y cuando algo no cabe en un espacio, o se busca un
espacio mayor o se reduce el tamaño de ese algo.
Pero
también hay otra forma de afrontar la situación. Si no cabe tiremos
hacia arriba, aunque construyamos un edificio totalmente discordante
con el entorno histórico que le rodea. Y tiremos también para abajo,
aunque haya que excavar tanta profundidad que suponga un evidente
riesgo para el patrimonio histórico de la ciudad. Por ilógico que
parezca, ésta es la solución decidida por nuestros representantes
municipales. Y por unanimidad. Dicen muchos ahora que no estaban de
acuerdo con el volumen del edificio, pero dicen que les dijeron que los
vecinos estaban de acuerdo. Y si los vecinos están de acuerdo…
Pero
los vecinos no estaban de acuerdo. Simplemente no conocían el proyecto.
No es que se haya esforzado mucho el Ayuntamiento para que la
información llegara a los ciudadanos. Los pocos que lo sabían pensaban
que, si nadie dice nada, por qué voy a ser yo. Y a los muy pocos que
avisaron les miramos de reojo. Ya están los de siempre quejándose de
todo. Tendremos que escribir 100 veces “mea culpa“,
porque la realidad del proyecto era aún más desproporcionada de lo que
estaban avisando. Es un buen ejemplo de lo que llega a suceder cuando
política y ciudadanía se viven como mundos separados. Cuando la
Corporación municipal cree saber lo que quieren los ciudadanos –sin
habérselo preguntado–, y cuando los ciudadanos entienden que su
participación se limita a votar una vez cada cuatro años –y poner el
resto del tiempo de vuelta y media al Ayuntamiento–. Para algo ha
servido ya este debate. Para los siguientes proyectos el Ayuntamiento
se está reuniendo con los ciudadanos afectados, para informarles y
recibir sus sugerencias. Y los vecinos han reactivado Harresi, la
asociación de vecinos del Casco Histórico.
Los vecinos se han
organizado, y no piden la luna. Sólo piden que el edificio reduzca su
exagerado volumen y que se reduzca el riesgo sobre los edificios cercanos. Eso implica reducir algo de su contenido. El salón de actos municipal que ocupa la planta baja no es imprescindible.
Hondarribia
contará en breve con un auditorio para más de 400 personas en Itsas
Etxea. Por supuesto que sería deseable que Musika Eskola contara con su
propio auditorio, como sucederá en Astigarraga. Pero Astigarraga pone
3.500 m2 a disposición de su proyecto y nosotros sólo 556. Y tampoco es
imprescindible que un edificio dedicado a la música tenga excavada en
su subsuelo una sala de exposiciones. Cualquier planta del edificio
recién rehabilitado en Arma Plaza podría cumplir perfectamente esta
función.
Parece que reducir el tamaño del edificio es tabú. Un
pecado mortal quitar algo de lo que estaba proyectado. No debe tomarse
como una cesión. Tampoco los vecinos están felices con la alternativa
que proponen. Reducir la profundidad de excavación de doce a ocho
metros reduce el riesgo, pero es obvio que no lo elimina. Y construir
el edificio agregando a los 180 m2 de la parcela original, los 375 m2
de jardín que la rodeaban, acaba con una de las pocas zonas verdes que quedaban en el interior del casco histórico. No es una alternativa
que haga feliz a nadie, pero es una alternativa posibilista que busca
poder llegar a un encuentro entre todos los intereses.
Musika
Eskola necesita ampliar su espacio, y por eso en el capítulo de aulas
supera en un 653% los requisitos del Decreto 289/1992 sobre Escuelas de
Música. Y los ciudadanos necesitamos a Musika Eskola. Por eso seguirá
teniendo esa misma dimensión en la alternativa vecinal. Pero también
necesitamos proteger al casco histórico de intervenciones urbanísticas
irreparables y de riesgos innecesarios. Tenemos que compatibilizar la
formación musical de nuestros hijos con entregarles un patrimonio
histórico en condiciones dignas.
Optar por un edificio
aglutinador de cultura fue una buena decisión lógica y política tomada
en un momento determinado para un espacio determinado. Si ahora no hay
espacio suficiente, ubicar algunos elementos en otros lugares es
simplemente otra decisión lógica y política igual de buena. Insistir en
el planteamiento original podrá ser político –que no creo–, pero desde
luego no es lógico.
Hay opiniones, respetables, que plantean que
el edificio debe hacerse porque es necesario, pero no he podido
encontrar voces favorables al volumen que finalmente tendrá. A ver si
va a resultar al final que, estando todos en desacuerdo con el tamaño
del edificio, acaba construyéndose como estaba proyectado porque se ha
entrado en una inercia que ya no puede pararse. Si así sucede, costará
en el futuro encontrar otra situación que empate en estupidez con ésta.
ERNESTO GOIRICELAYA – Viernes, 23 de Octubre de 2009 TRIBUNA ABIERTA/Noticias de Gipuzkoa