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DESTRUCCIÓN PATRIMONIAL EN IRUÑA-VELEIA

Artículo de opinión de la arqueóloga Idoia Filloy Nieva.

Llevo unos días con un estado de ánimo que varía entre la indignación y
la tristeza. Dirán ustedes que ése es problema mío y tendrán razón. Pero la causa que lo ha provocado no es, en exclusiva, problema mío. Me explico.
Hace unos días han dado comienzo nuevas excavaciones en el yacimiento de Iruña-Veleia, que suponen de facto la materialización del Plan Director elaborado y dirigido por Julio Núñez, con el apoyo incondicional de la diputada de Cultura Lorena López de Lacalle y la aprobación del actual equipo de gobierno foral.  Pero, nada más iniciarse los trabajos, lo que se nos había prometido como un proyecto científico y metodológico sin mácula, se ha convertido –en mi opinión- en motivo de denuncia pública y judicial. Y me vuelvo a explicar.
Es la finca 98 en la que se han iniciado los trabajos, previstos en una extensión de unos 17.000 m2. En esta zona, gracias a la fotografía aérea llevada a cabo por nosotros, se conoce la existencia de una densa red de estructuras, claramente visibles desde el aire, dadas las sombras que proyecta el crecimiento diferencial de la vegetación, que trazan toda una trama urbana conservada bajo tierra. Por otra parte, en el año 2006, nuestro
equipo –bajo la dirección de Eliseo Gil y de quien suscribe- llevó a cabo 13 sondeos estratigráficos que mostraron la existencia, en esta finca, de un riquísimo patrimonio arqueológico subyacente de época romana y prerromana. Pudimos comprobar cómo, bajo una capa de remoción agrícola de unos 30 cm. de media, comenzaban a aparecer restos arqueológicos romanos intactos, con estratos y estructuras a los que se asociaban abundantes materiales. Muchos de los sondeos superaban ampliamente los 2 m. de profundidad, siendo de formación completamente arqueológica. 

Sin embargo, el Plan Director de Núñez, contempla la eliminación mecánica con maquinaria de alto tonelaje, de 50 cm. de potencia de tierra en 14.000 m2 de finca, estimándose un desalojo 7.000 m3 de tierra. El propio Plan admite lo arriesgado de una actuación así, por la posibilidad de afección a niveles de interés arqueológico, en caso de no extremarse las precauciones. 

Por tanto, con los datos disponibles de forma previa y siendo conscientes del riesgo, nos preguntamos cómo se pudo plantear dentro del Plan una intervención mecánica que, dados los resultados de nuestros trabajos, iba a afectar sin remisión a unidades estratigráficas intactas de época romana. ¿Qué ha ocurrido ahí? Porque Núñez debiera conocer dichos trabajos, que cuentan con una extensa Memoria científica que recoge exhaustivamente todos los datos y resultados obtenidos, cuyas copias están depositadas en Diputación, Gobierno Vasco y Ayuntamiento de Iruña de Oca. Ignorarlos supone una irresponsabilidad total e implicaría que, conscientemente, se ha proyectado la eliminación de patrimonio arqueológico intacto sin la necesaria documentación. Esto es muy grave. 

Pero lo peor ha tenido lugar cuando han comenzado los trabajos de campo, esto es, cuando se ha puesto en marcha la eliminación mecánica de tierras. Y ello porque, no sólo se han rebajado los 50 cm. de profundidad previstos de antemano, sino que en muchas zonas se ha excavado más de 1 m. de potencia con maquinaria pesada. El seguimiento de los trabajos que estos días ha hecho la Plataforma SOS Iruña-Veleia, y la documentación fotográfica obtenida (consultable en www.sos-irunaveleia.org) nos ha permitido comprobar horrorizados como, de facto, se ha producido una gravísima destrucción irreversible de patrimonio arqueológico de época romana. En las fotografías se ve claramente, cómo la excavación mecánica no sólo ha afectado a estructuras sino que se han eliminado potentes estratos arqueológicos, con lo que se ha perdido de forma
irreparable importantísima información arqueológica, fundamental para la reconstrucción de la secuencia cronológica del yacimiento, así como los materiales asociados. Incluso hay una zona en concreto donde se ha puesto al descubierto un suelo enlosado romano, a más de 1 m. de profundidad y me pregunto ¿dónde están los niveles arqueológicos de
ocupación, los derrumbes, o lo que tuviera encima? Este descubrimiento
hubiera sido una buena noticia si se hubiera localizado en condiciones,
pero en la forma en que se ha hecho sólo queda lamentarse por la
pérdida de los datos que hubieran sido imprescindibles para la datación
de su uso (puesto que se ha eliminado lo que tenía encima).
La sensación que se tiene es que se ha querido llegar hasta las
estructuras arqueológicas (salieran a la profundidad que salieran),
como si el objetivo primordial fuera ofrecer, en el menor plazo posible
de tiempo, una amplia zona con construcciones a la vista. Pero su
cumplimiento, tan rentable mediáticamente, se estaría haciendo a costa
de la adecuada documentación del patrimonio subyacente y de los restos
romanos no estructurales (estratos y materiales) que son, precisamente
los que constituyen la base de datación para la arqueología. Y ello
porque se ha eliminando, sin más consideración, toda la tierra que
tenían encima las estructuras, sin tener en cuenta que de ésta, sólo
los 30 cm. superiores eran de remoción agrícola y, por tanto, los
únicas susceptibles de eliminación mecánica. El resto debiera haber
sido excavado con una metodología arqueológica adecuada.

Recordemos también que en esta finca encontramos varios de los denominados grafitos excepcionales, tanto en superficie como en 3 de los sondeos estratigráficos, con lo que la excavación mecánica de esta zona, supondría la eliminación de pruebas para una posible futura investigación en un proceso judicial. Por lo tanto mi opinión como arqueóloga experimentada, que suscribiré ante las instancias que sean necesarias, es que se está dando una flagrante destrucción del Patrimonio arqueológico del yacimiento de Iruña-Veleia que se conservaba intacto. Y en unos pocos días más, el nivel de afección  será aún mayor si alguien no interviene y hace algo. Pienso que excavar como se está excavando aquí, está destruyendo de forma grave e irreversible su patrimonio subyacente. 

Por tanto, este escrito constituye una denuncia pública de lo que, en mi opinión, es un grave atentado contra nuestro Patrimonio y solicito a las instituciones públicas responsables que actúen en consecuencia y que no consientan algo así.  Por otra parte, a la denuncia ante el Juzgado interpuesta por la plataforma Sos Iruña-Veleia, se suma ahora la nuestra.

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